Llevar un solo tono ha dado paso a jugar con distintas tonalidades e intensidades. Palabra de ‘street style’
Ahora no se vestirá de un único color de pies a cabeza, sino que se jugará con intensidades y tonalidades dentro de una misma horquilla.
Para tener ejemplos , basta con darse un paseo por marcas como Zara o Mango o las imágenes de las chicas que han acudido a los desfiles de Oslo y Estocolmo: en ambos espacios hay faldas y jerséis azules, pero de distintos tonos de azul, como el celeste y el turquesa. También hay trajes de chaqueta verdes con cuellos vueltos bajo ellos, siendo éstos hoja y los otros agua. Y así podría seguirse hasta donde la imaginación alcance a dibujar.
La aparición de esta estampa es, en realidad, producto de la lógica de querer alargar un éxito invernal. Si hace unos meses los trajes de chaqueta con jerséis se teñían de un único color para jugar a lo monocromo, si el color maquillaje se hacía dueño y señor de vestidos, camisetas, faldas y abrigos a juego; si el doble denim pedía solo un azul como protagonista, y si los abrigos candy resultaban tan envolventes que el efecto era muy parecido al total look, el siguiente paso en la escala no podía ser otro que comenzar a jugar con las declinaciones.
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